Lo reconozco. El té matcha llego a mi vida hace tan sólo unos 9 meses y después de mi azaroso y afortunado descubrimiento entendí que había estado viviendo en una espacie de burbuja porque también descubrí que en realidad la fiebre matcha se había desatado ya hace varios años aunque hubiera sido ajena a mí. Siempre he tenido predilección por los suplementos naturales y una tendencia innata a probar todo lo que lleva la etiqueta Green o superalimento. Si bien es cierto que el mercado está cada día más inundado con productos milagro, considero que la mejor guía para que no nos den gato por liebre es utilizar el sentido común, hacer tu propio estudio de mercado y decidirte a probar. Porque las modas, son modas pero todos tenemos alguna que nos hace sentir bien, ¿verdad? Y eso hice. Me dejé seducir por su etiqueta de super alimento y elixir antioxidante y desde que descubrí este “oro verde” lo cierto es que no he podido pasar un día sin él.
Soy una adicta confesa al té en general y al té verde en particular así que su sabor no fue novedoso. Sí lo fue el combo alerta/ calma que me proporcionó. Algo desconocido para mí. Como muchos, necesito echar mano de estimulantes naturales para revivir y funcionar pero por suerte o por desgracia para mí, el café y yo no nos llevamos bien. Es impensable tomar más de un café con leche al día ( de espresos mejor no hablamos) sin que acabe subiendo por las paredes. Por suerte encontré en el matcha mi tabla de salvación. Ahora somos compañeros inseparables y no concibo funcionar un día sin él. Puedo tomar varias tazas durante el día hasta bien entrada la tarde e incluso durante la noche sin que mi sistema nervioso entre en ebullición. De hecho, el matcha era usado por los monjes budistas en la meditación, ya que proporciona un estado de atención plena y calma.
Si, como a mí, el café y tu sistema nervioso no hacen precisamente buenas amigas, te recomiendo encarecidamente probar el matcha.
Varios estudios sugieren que el matcha, por el proceso de cultivo, contiene hasta 137 más oxidantes que el té verde. A las puertas de los 40, recibo y recibiré encantada cualquier alimento o suplemento que lleve la etiqueta de elixir antioxidante. Al matcha se le atribuyen propiedades quemagrasas y aunque no he podido formar una opinión al respecto, lo que sí puedo aseverar es que tiene cierto poder saciante. Ahí lo dejo.
¿Sois amantes del matcha? ¿Os ha picado el gusanillo de probarlo? Si es así, contadme si os ha gustado en los comentarios.
Con cariño,
Cárol
With a background in Journalism and Digital Marketing, Carol created www.sweet40s.com as a way to documenting her experiences and give her own special tribute to the new decade ahead of her and to aging blissfully and gracefully. 40 is two times 20 🙂
Debo comenzar este post añadiendo una salvedad: me encanta el sabor del coco, y…
18 May, 2017