Hola a todos,

No he podido pensar en una mejor forma de introducirme de lleno en el mundo del blogging bilingüe que con una breve presentación de lo que me ha traído hasta aquí. Un tag de presentación, al estilo de los Youtubers, pero -de momento-  sin vídeo 🙂

Mi nombre es Cárol y soy periodista recilada en Marketing, disciplina que ha sido parte de mi andadura profesional en los últimos años. Mi lengua madre no es el inglés pero he querido hacer un blog bilingüe para poder llegar a más personas y trascender las barreras que impone escribir en un único idioma. También lo he concebido como un ejercicio de desarrollo personal y aprendizaje.

Me apasiona el mundo de las nuevas tecnologías y sus infinitas posibilidades, pero también viajar, el estilo de vida saludable, el potencial de la meditación, el consumo responsable y estoy tratando de adoptar el minimalismo como mi nueva filosofía de vida.

Decidí bautizar esta cuaderno de bitácora personal Sweet 40s como una suerte de tributo a una década de la que desconozco si se vislumbra dulce o no, pero que para mí marca un hito personal importante: el autoconocimiento  pleno y un nuevo estado de aceptación de mí misma.

Las catarsis siempre fueron buenas…

Sweet 40s marca también un punto de inflexión posterior a una catarsis personal fruto de un cúmulo de circunstancias y acontecimientos vitales que sacudieron mi vida hace un par de años: convertirme en madre – lo mejor que he hecho-, una amarga ruptura sentimental y perder mi trabajo. Así, encadenados para que el impacto fuese mayor. Los grandes cambios vienen precedidos de fuertes sacudidas.  No lo pongo en duda.  Con el duelo y la aceptación, acabé entendiendo que otros proyectos de vida eran posibles y que, en realidad, siempre estamos obligados a volver a empezar y resetear facetas de nuestra vida, cada día… Quizás el haber elegido Sweet 40s como título de este blog es también un tributo a esa resiliencia, empoderamiento y necesidad de potenciar el amor propio en las horas más bajas, que hasta entonces eran desconocía.

Esa catársis no sólo hizo que me replantease mi actitud ante la vida; también dejó – cómo no- su impronta en mi rostro.  Sí, en forma de arrugas verticales, esas que dan a nuestro semblante un aspecto triste y eternamente preocupado, recuerdo de mis horas más bajas. Sorprendentemente, cuando las veo no pienso inmediatamente en Bótox o en injecciones de ácido hialurónico (aunque, ojo,  sí está en mi lista whish list) sino que veo también reflejada mi pequeña historia de superación personal y autoconocimiento. Y esto hace que vea mis arrugas de otra forma.

En este espacio personal compartiré un pedacito de mi mundo, de todo lo que me inspira y me ha sido útil de alguna forma. Espero que también podáis sacarle vuestra parte de utilidad o, simplemente, conversemos.

Espero leeros por aquí.

Con cariño,

Cárol