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Estoy de nuevo en Alsacia, donde acaba de comenzar la temporada de la vendimia. Pese a que el propósito de mi viaje no ha sido tomar parte activa en la cosecha ni hacer enoturismo, es especial ver cómo esta región, que ha hecho de sus famosos – y deliciosos- vinos su bandera, se prepara para la temporada de recolección. En esta ocasión visité dos preciosos pueblos ubicados en la famosa Ruta del Vino, Riquewihr y Kaysersberg. Si Colmar, la Capital del Vino de Alsacia está considerada como una de las ciudades más bellas de Francia, Riquewihr ostenta la misma distinción en la categoría de “pueblos con encanto” y su vecino Kaysersberg ha sido elegido recientemente como el pueblo favorito de los franceses en 2017. Y es que de pueblos y ciudades con encanto Francia sabe mucho, pero ya ha quedado claro que Alsacia aporta una buena parte al grueso nacional de distinciones. Alsacia es una mina de pueblos con encanto, que trascienden al mero Marketing.  Porque, dejando a un lado las etiquetas y la titulitis, tanto Riquewihr como Kayserbsberg son dignos merecedores de una visita, al igual que todos los municipios que serpentean por la Ruta del Vino. El enclave es de una belleza cautivadora: viñedos y colinas por doquier y las montañas de Les Vosges como telón de fondo. El encanto indiscutible de Riquewihr salta a la vista nada más llegar, al igual que destaca lo bien conservados que están su recinto amurallado, sus torres y sus patios adoquinados. De hecho, de no haber sido por todos los turistas que he tenido que sortear para hacer estas fotos, podría decir que sentí como si estuviese viajando en la cápsula del tiempo hasta el siglo XIII.

El vecino Kaysersberg, ubicado en el valle del mismo nombre, es otra de las maravillas que ofrece la Ruta del Vino. Al igual que Riquewihr, mantiene quasi intactos, sus rasgos medievales y renacentistas y ofrece un escaparate colorista de casas timbradas, típicas de las regiones del Gran Este francés. Tan sólo disponía de un día en Kaysersberg, por lo que mi plan se centró en pasear largo y tendido, visitar el castillo y, por supuesto, tomar un par de copas de Gewurztraminer.

La Ruta del Vino de Alsacia tiene mucho que ofrecer: paisajes espectaculares, pueblos y ciudades que encandilan y muchos vinos que catar. La lista de pueblos que visitar es extensa, pero si no podéis verlos todos, aseguraos de recalar en Riquewihr y Kaysersberg. No defraudan. Los siguientes en mi itinerario son Turckheim y Ribeauville.

Au revoir!

Riquewihr

Kaysersberg