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Se dice que, en ocasiones, los lugares que más nos encandilan, son aquellos a los que no habíamos planeado ir, o los que decidimos visitar  de forma espontánea o por azar. El azar quiso llevarme a Alsacia, en la región del Grand East francés, donde visté la maravillosa pequeña ciudad de Colmar, nombrada por la prestigiosa Condé Nast Traveler, una de las 10 ciudades francesas con más encanto, y Estrasburgo, que relataré en otro post. El tiempo apremiaba ya que sólo disponía de un fin de semana, así que me quedé con las ganas de hacer la Ruta del Vino de Alsacia, aunque después de mi fin de semana 100% alsaciano, tengo la determinación de volver y abordar esa asignatura pendiente. Si Colmar me pareció una pequeña y encantadora ciudad de postal, la Ruta del Vino no se queda corta en belleza: pueblecitos medievales con calles adoquinadas engalanadas con flores por doquier, rodeados de naturaleza y los viñedos que han hecho famosa esa ruta, con las montañas de Les Vosges como telón de fondo. Una delicia. Sólo buscando información, siento que se me disparan los niveles de entusiasmo, así que tiene que ser una señal de que tengo que volver. Además, los deliciosos vinos alsacianos, son también un poderoso aliciente, sobre todo si tienes un predilección especial por los blancos y los rosados.

Mi viaje a Colmar no fue planeado, sino 100% espontáneo, así que mis recomendaciones serían igual de espontáneas y básicas como lo fue mi viaje: alquilar una bici para visitar el centro y los alrededores y pasear largo y tendido por sus preciosas calles adoquinadas, en las que quizás tengas que sortear algunos grupos de turistas. Párate de vez en cuando a reponer fuerzas en cualquiera de los cafés que rodean la Petit Venise y sientáte a ver pasar la vida desde la butaca más cómoda…Degusta los escargot acompañados de un buen blanco o rosè alsaciano, y estarás listo/a para proseguir con tu paseo. He de reconocer que yo no me aventuré a probar los escargot aunque sí los exquisitos caldos locales. Y, después de un par de copas de Gewürtztraminer, estaba lista para continuar con mi periplo, más feliz que una perdiz.

¡Salud!