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Mi querida Barcelona, ciudad de héroes y heroicidades,

de luz prodigiosa, sensual y cautivadora.

Mi ciudad de sueños truncados, de nuevos comienzos y esperanzas renovadas.

Mi ciudad de pérdidas y desengaños, de retos inconclusos e ilusiones todavía vivas.

Mi ciudad de principios y finales, de desencuentros y reconciliaciones.

Mi ciudad gloriosa, contestataria, valiente y siempre mágica.

Testigo de tantas historias de adaptación y superación, de soledad, nostalgia y desarraigo… de vidas aún por gestarse y  páginas por escribir.

Da igual desde dónde te miren:  cautivas desde cada ángulo, desde cada esquina.

Mi querida Barcelona, sonrío porque sigo contemplándote en mis sueños.

Y sonrío porque sigo soñando con tu luz.

T’estimo Barcelona.